Enero y Febrero 2021
26 de diciembre de 2020
Queridos amigos y colaboradores:
Es verdaderamente asombroso cuánto Dios ama y tiene cuidado de nosotros como Sus hijos. Todos acabamos de pasar una de las celebraciones más maravillosas y hermosas en nuestra fe cristiana, la celebración de Navidad en reconocimiento del nacimiento de Jesús. En sólo unos meses estaremos observando otra celebración importante cuando recordamos la muerte, entierro y resurrección de Jesús. Con frecuencia se nos recuerdan la Buenas Nuevas que nos declara que “en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Colosenses 2:9-10 RVR1995). Él es en realidad Emanuel, Dios con nosotros y en nosotros y quién vive verdaderamente Su vida por medio de nosotros.
Hace muchos años, Eugene predicó un mensaje titulado “Pasado, presente y futuro”. El mensaje esencialmente hizo tres puntos diciendo a la Iglesia: “El pasado se acabó, el presente está tenso, pero el futuro es seguro”. Estamos por entrar en un Año Nuevo donde enfrentaremos nuevos desafíos. Nuestra “presente” situación, mientras vivimos cada nuevo día, a menudo estará “tenso” a las circunstancias.
Nosotros aquí en los Estados Unidos podemos enfrentar obstáculos que jamás hemos soñado, pero recordemos una frase sencilla de dos palabras que el Apóstol Pablo usó escribiendo a la iglesia de Éfeso que dice “Pero Dios…” (Efesios 2:4). Estas palabras no son solamente para los norteamericanos leyendo esta carta, sino para todos nosotros, no importa dónde vivimos en este mundo. Dios sabe cómo mover en cualquier circunstancia o situación en que nos encontramos. No ha cambiado, Su pacto no ha cambiado, y Su Palabra no ha cambiado. Éstas son algunas de las razones por las cuales nuestro “futuro es seguro”. Amigos, es con corazones llenos de amor que escribimos esta expresión de fe.
Jesús les hizo una pregunta muy importante a Sus discípulos, que cuando leemos las palabras, parece casi fuera de contexto con lo que decía hacía un momento: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8 NKJV). Parece que implicara que no encontraría mucha fe. Sin embargo, es nuestra convicción que sí encontrará fe en todos nosotros que declaramos que Él es el Señor de nuestras vidas.
En 1973, nuestro amigo, Clay McLean, compuso una canción titulada “El hijo de Dios” que declara estas maravillosas palabras:
El hijo de Dios tiene luz en las tinieblas, paz en la tormenta,
Gozo en medio de tristeza, y cuando hace frío está seguro y tiene calor.
Aunque otros pueden temer y temblar en un mundo que se vuelve salvaje,
Hay voz de poder y Victoria en el hijo de Dios.
Estamos empezando a viajar nuevamente a escala limitada y pedimos que sigan orando por nosotros. Dios nos ha mantenido seguros y protegidos a lo largo de este último año, y esperamos que siga su vigilia de cuidado de nosotros. También estamos orando por ustedes y su salud, seguridad y bendiciones. Recuerden, ¡Dios es fiel, siempre!
En Jesús,
Eugene y Sherry